LA FURIA DESTRUCTORA CONTINÙA
Los improperios, los insultos, los agravios, la retórica pendenciera, la difamación, la
calumnia, el acoso verbal y el matonèo mediático, son los "recursos modernos" que
están utilizando los mal llamados políticos del siglo XXI, desde la comarca más humilde
hasta en los países "más desarrollados".
Los mal llamados políticos del siglo XXI, están ávidos de poder, se han auto-proclamado los "nuevos mesías" y se ufanan públicamente de tener una gran multitud de seguidores, son cuantitativos, han intensificado sus aullidos; ahora les llaman twitters.
Son depredadores como los lobos , y, refiriéndose a éstos, JOLDER, nos advierte que
la humanidad está en peligro, cuando nos dice: " Si los lobos contaminan a la masa con sus aullidos, un mal día el rebaño se convertirá en horda".
La población adulta de Colombia, estamos desconcertados ante los abusos, la violencia y la crueldad manifiestas en contra de los niños y de los jóvenes, con desespero se está buscando la manera de poder sacarlos de ese vórtice de miedo y de muerte. Hombres y mujeres visionarios, proponen ideas, ejecutan proyectos, se han esforzado al máximo y tienen que rendir su coraje ante la cruda realidad de que ¡LA FURIA DEL MAL ES CADA DÍA MÁS DESTRUCTORA!
Es inminentemente necesario encarar el mal de frente; las generaciones pasadas hemos fracasado y estamos arrastrando al abismo a las nuevas generaciones, a nuestros propios hijos, y ante esto no podemos ser simples espectadores. Debemos actuar ¡YA!. !Basta de continuar con los malos y escandalosos ejemplos. Basta de seguirles mostrando que para "ser ganadores" debemos ser violentos, difamadores y corruptos. SE NECESITA UN REVOLCÔN TOTAL EN LA EDUCACIÓN, que se proyecte desde los hogares hacia la comunidad. Hay que cambiar nuestro ser interior.
Debemos reeducar nuestros corazones, debemos apaciguar nuestros espíritus enderezar nuestros senderos y, especialmente, debemos buscar a DIOS.
"Son doscientos cincuenta millones de niños los que están tirados por las calles del mundo". Deambulando sin ver en los adultos una solidaridad que los rescate. De esa multitud, una parte son nuestros. nos pertenecen como hijos y ayudarlos debe ser la más genuina de nuestras tareas.
Un chico, entre catorce y quince años, habitante de la calle, en la zona cachacal, de la ciudad de Barranquilla preguntado por un periodista; ¿qué es lo que más necesitas? respondió: "Yo me siento muy sólo, no tengo a nadie que me quiera ayudar".
Las heridas abiertas en los corazones de nuestros niños nos reclaman. Por favor señores, hombres y mujeres, adultos en general, depongamos nuestros odios, bajèmosle el tono a nuestras discusiones, "no nos quedemos medrando los conflictos del pasado, ni tampoco nos deleitemos en la mirada del abismo".
Nuestros niños y jóvenes nos necesitan, hay que sanear sus mentes y para "llegar a la mente de los niños, hay que pasar por su corazón" . Necesitan mucho Amor.
Heyman.
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