LA CORRUPCIÓN UN CÁNCER TERMINAL.
¿"Cómo hemos llegado a esta vergüenza.? ¡ Cómo hemos llegado a esta degeneración
de los valores en la vida social"?.
! Cuántos escándalos presenciamos y escuchamos todos los días, son billonarias
las sumas del tesoro público, las que se esfuman .Son numerosos
los funcionarios públicos ladrones,- todo sigue igual- ninguno va para la cárcel
porque con su dinero mal habido tienen comprada a la justicia. Le mienten al
pueblo.-esa impunidad produce indignación y violencia.
En éstos días, ! ser político es sinónimo de ser corrupto¡ Los entes de control estatales
brillan por su inoperancia. Nos estamos acostumbrando a "un lunfardo criollo",
nos metieron, nuestros gobernantes, en los sucios vericuetos de los mafiosos, los
jíbaros, los ñeros, los sayayines, los fleteros, etc. etc. Hoy escuchamos y leemos: coima-
cómo voy yo ,o "c.v.y."--gancho fijo- el otrosí- mermelada--tajada-corrupto.-etc-etc- .
Hay que hacer un Diccionario aparte para el léxico delincuencial que nos invade por
todos los ángulos; y se pronuncia en "las altas esferas de cuello blanco"
La Corrupción no es solo en nuestro País, es mundial, pero no vamos a caer en el
viejo dicho: " Mal de muchos consuelo de tontos". Parafraseando la sentencia Bíblica:
"Quienes nos gobiernan son como la sal de la tierra; puestos para preservar al pueblo
de la corrupción y la podredumbre, nos preguntamos: ¿ Si la sal se corrompe, el pueblo,
¿Cómo será preservado?".El gobierno todo es " una olla podrida-cloacal-"
El escándalo del momento es ODEBRECHT; empresa Brasileña, la mano negra poderosa
que penetró todos los estamentos públicos continentales,montó la guachafita y compró
con millones de dólares la débil y falsa moral de la élite gubernamental.
La Justicia Brasileña, se metió a la manigüa de la corrupción, capturó a los ladrones
y los puso tras la rejas. Lo mismo sucedió en el Perú; Boletín rojo internacional contra
el expresidente Toledo y Expulsó de su territorio a la firma Odebrecht, sin ninguna
gabela y con multas por ladrones. Y nosotros, en nuestro País, nos seguimos asombrando,
nos exaltamos. Los implicados evadiendo su responsabilidad, tirándose la pelota
sucia de unos a otros. A puerta cerrada elucubran y mandan a sus coimes a urgar en
los basureros del otro, para encontrar un miasma al que aferrarse.
Y El pobre pueblo, nosotros, los contribuyentes, estamos perplejos, atónitos, anonadados
perdidos entre el laberinto del latrocinio que nos ahoga.
nos metieron, nuestros gobernantes, en los sucios vericuetos de los mafiosos, los
jíbaros, los ñeros, los sayayines, los fleteros, etc. etc. Hoy escuchamos y leemos: coima-
cómo voy yo ,o "c.v.y."--gancho fijo- el otrosí- mermelada--tajada-corrupto.-etc-etc- .
Hay que hacer un Diccionario aparte para el léxico delincuencial que nos invade por
todos los ángulos; y se pronuncia en "las altas esferas de cuello blanco"
La Corrupción no es solo en nuestro País, es mundial, pero no vamos a caer en el
viejo dicho: " Mal de muchos consuelo de tontos". Parafraseando la sentencia Bíblica:
"Quienes nos gobiernan son como la sal de la tierra; puestos para preservar al pueblo
de la corrupción y la podredumbre, nos preguntamos: ¿ Si la sal se corrompe, el pueblo,
¿Cómo será preservado?".El gobierno todo es " una olla podrida-cloacal-"
El escándalo del momento es ODEBRECHT; empresa Brasileña, la mano negra poderosa
que penetró todos los estamentos públicos continentales,montó la guachafita y compró
con millones de dólares la débil y falsa moral de la élite gubernamental.
La Justicia Brasileña, se metió a la manigüa de la corrupción, capturó a los ladrones
y los puso tras la rejas. Lo mismo sucedió en el Perú; Boletín rojo internacional contra
el expresidente Toledo y Expulsó de su territorio a la firma Odebrecht, sin ninguna
gabela y con multas por ladrones. Y nosotros, en nuestro País, nos seguimos asombrando,
nos exaltamos. Los implicados evadiendo su responsabilidad, tirándose la pelota
sucia de unos a otros. A puerta cerrada elucubran y mandan a sus coimes a urgar en
los basureros del otro, para encontrar un miasma al que aferrarse.
Y El pobre pueblo, nosotros, los contribuyentes, estamos perplejos, atónitos, anonadados
perdidos entre el laberinto del latrocinio que nos ahoga.