Para develar el secreto de la muerte, debemos buscar en el corazón de la vida.
Como el búho, cuyos ojos no pueden develar el secreto de la luz, porque están
ciegos para el día, son sitiados de la noche.
Si queremos conocer el secreto de la muerte, debemos abrir con amplitud nuestro
corazón a la plenitud de la vida.
Porque la vida y la muerte son una; así como lo son el río y el mar.
En lo más hondo de nuestras esperanzas y deseos reside nuestro tácito conocimiento del más allá.
Porque, ¿ qué es la muerte, sino erguirnos desnudos en el viento y
fundirnos con el sol.?.
El Capitán de la nave de mi vida, espera paciente para zarpar, el viento sopla con impaciencia hinchando las velas.
Hasta el timón reclama rumbos y destinos.
El arroyo de mi vida ha llegado hasta el mar, y el abrazo de la Madre estrecha al hijo con infinita ternura, contra su pecho..
Mi vida, hoy, ha llegado a su fín. Cuanto aquí se me dió conservaré. Adiós a la vida y a los tiempos que pasamos juntos, eso solo fué ayer y se me asemeja a un sueño, gracias porque vosotros me ayudásteis a construir mi casa para el cielo
"Mi fortaleza y mi cántico están en El Señor. Y Él me ha sido por Salvación.
¡ No moriré, sino que viviré y contaré las obras maravillosas de Mi Señor.!-".
.